
Ariel Glaser
Un catequista que canta
LETRAS
1- Camino a Belén
José , descendiente de David,
emprende tu camino hacia Belén,
te espera la tristeza de no poder encontrar
un lugar para que el niño nazca bien...nazca bien.
Camino a Belén, María con José
las puertas se cierran a la llegada del Rey.
No cierres las puertas, déjalo nacer,
no dejes que sufran nunca más, María y José.
María, de la estirpe de David,
que llevas en tu vientre un manantial,
no temas al camino porque Dios contigo está;
no importa cuánto quede por llegar...por llegar.
2– Sembrador
Él tiró la semilla de su Palabra,
como aquel sembrador en tierra arada.
Él tiró la semilla con esperanza.
Quiero ser cual terrón de tierra que escuchó la Palabra de Dios.
Y germinar...de puro amor, y recibir ...su bendición
y así morir a mí cual si fuera una semilla,
y dejar que el Señor crezca en mi corazón
dando frutos de amor (2)
Una de las semillas dio en el camino,
exponiendo a las aves libre el destino.
Otra cayó entre piedras, sin dar raíces,
y cuando germinó, la inclemencia del sol la abrasó y se secó;
Otra cayó entre espinos malos, los que al crecer la sofocaron.
Quiero que caiga en mí/cual si fuera buena tierra,
y así dar frutos treinta, sesenta y ciento por uno al Señor.
Y así morir a mí cual si fuera una semilla,
y dejar que el Señor crezca en mi corazón
dando frutos de amor (2).
3– ¿Quién es ese?
Iban los discípulos cruzando la mar,
detrás el Maestro, dormía en la barca,
cuando la tormenta comenzó a arreciar,
gritaron:Maestro!, nos vamos hundiendo.
Él despertó al momento; Él increpó a los vientos;
Él hizo calmar el mar.
¿Quién es ese que hasta el mar
y aún el viento obedece?.
Es Jesús. Es Jesús. Es Jesús de Nazaret.
Jesús, Jesús, Él es Jesús de Nazaret.
Navega mi barca por la oscuridad,
el odio del mundo mil veces arrecia;
navega y no temas pues contigo va,
aquel Nazareno que calma tormentas.
No temas la violencia, la poca fe o su ausencia;
Jesús contigo estará.
¿Quién es ese...
Quién despertó al momento, quién increpó a los vientos,
quién hizo calmar el mar.
4– Déjame nacer de nuevo
Tú conoces la dureza en mi sentir,
y la terquedad que hay en mi corazón,
son las cosas que me alejaron de Ti; Señor,
hazme renacer en tu amor.
Déjame nacer de nuevo(3) ¡oh! Señor.
No importa la edad que tenga,
Tú no lo tienes en cuenta,
déjame nacer de nuevo ,¡oh! Señor.
Tú conoces el pecado que hay en mí,
y el dolor que éste dejó en mi corazón.
Por la muerte que ha causado vuelvo a Ti, Señor,
dame Vida Nueva con tu amor.
5– Fue en un domingo de Ramos
Fue en un Domingo de Ramos, cuando me puse a pensar:
¡cuántas son las manos que se juntan!
y se ponen en la punta para empezar a rogarte a Ti...Jesús,
que les perdones sus pecados,
porque se hicieron tan humanos
que no pueden ver tu luz.
Una ramita de olivo, colgaron en tu retrato/
pero sólo por pasar un rato que en la Pascua ha sido grato,
pero luego se olvidó. Jesús...amor,
eres la vida que nos une, sólo un domingo,
porque el lunes ya te empezamos a olvidar.
¡Ay!...Jesús, otro clavo le agregamos a tu cruz,
y es uno que nunca se ve, fue para colgarte en la pared.
Perdóname Dios del mundo, perdona Espíritu Santo,
y perdóname Jesús hermano. Porque en casi todo el año
no me acuerdo de aquella muerte de cruz,
la que ha salvado a tanta gente,
la que sólo en casos urgentes sacamos a darle luz.
6– Caminando por un sueño
Caminando por un templo, en Israel,
en un sueño a un pequeño yo encontré,
predicando las grandezas del Creador.
mas, por ser pequeño yo, no lo escuché.
Y por eso endurecí mi corazón,
a toda Palabra Buena del Señor.
Me quejaba noche y día sin parar
de la imposición de Roma por pagar,
y como si esto fuera poco, un carpintero de Nazaret
nos decía: "Felices los de hambre y sed";
mas por carpintero yo, no lo escuché.
Pero volviste hacia mi Jesús, tu mirada con amor,
sorprendido me quedé al oír: "¡Ven y sígueme! "¡Ven y sígueme!".
Solicitaron un veredicto, solicitaron un veredicto,
en unas Pascuas , al pueblo de Israel.
Poncio Pilato, en el frente proponía la liberación
de Barrabás, rebelde hombre, o Jesús, Hijo de Dios.
Todos gritamos euforizados: ¡danos a Barrabás!.
Entonces dijo Poncio Pilato: ¿Qué hago con su Jesús?.
Todos gritaron a una: ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!.
Todos gritamos a una: ¡Crucifícalo! ¡Crucifícalo!
Fatigado va Jesús lleva una pesada cruz
y el rostro lleno de sangre.
Entre toda la gente allí reunida, que se esforzaba por llegar ver al Maestro, estaba yo, justo en el momento en que volvió su rostro ensangrentado y nos dijo con firmeza en sus Palabras: "Quien quiera ser mi discípulo, que tome su cruz y me siga"...,
Mas por codenado yo, no lo escuché.
"Fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos".
Al escuchar estas palabras del Credo, me desperté, Señor, y confundido salí a la calle sin pensar en nada, y te vi en los huérfanos pidiendo desde el piso, crucificándote al volverles la cara.
Te vi pidiendo amor en los ancianos que me pedían sólo una palabra, te vi pidiendo ayuda en los enfermos que llevaban tu cruz, triste y pesada. Entonces fui corriendo hasta una iglesia, sin poder retener en mirada, las lágrimas por un mundo que prosigue crucificándote, dando la espalda, lavándose las manos, negándote en las plazas. De rodillas, Jesús, ante tu imagen, te volví a recordar ¡tan maltratado!. Perdóname , mi Dios por mis maldades!, pues yo también ,Señor, ¡hoy te he matado!.
Pero de pronto, ¡oh! Dios, sopló una brisa, el templo se hizo luz, tu rostro blanco, mis lágrimas se fueron con la risa de unos niños que afuera, permanecía jugando. Entonces oí tu voz, dentro del pecho, que me gritaba con amor de hermano las palabras más dulces que algún día, de tus labios, jamás hayan brotado:
"¡Ven, sígueme...pues ya estás perdonado!".
7– Resucitó
Aquella mañana Señor, a ver tu sepulcro marché,
recordando con dolor el Vía Crucis aquél.
Ti vi sufriendo, Señor, en los que no tienen pan,
en los niños sin hogar y en los que no tienen fe.
Y de repente, un ángel/ frente a mí se apareció,
diciéndome: No lo busques aquí...resucitó,
vete a buscarlo a las calles donde está el trabajador,
resucitando, en medio del dolor.
Resucitó, Jesús , resucitó,
en el consuelo de una madre...lo logró, en los hombres que luchan por un mundo mejor,
resucitó, resucitó
Resucitó, Jesús, resucitó,
en los que cuidan a un enfermo lo logró,
en los que miran a un pobre con los ojos de Dios,
defendiendo su dignificación.
Resucitó, Jesús , resucitó
en la mano que se tiende con amor,
en la gente que comparte su ferviente comunión,
¡Vayan y anúncienlo: Jesús resucitó!
8- Por el camino a Emaús
Por el camino a Emaús, íbamos desconsolados,
te pusiste a caminar, como siempre a nuestro lado.
No pudimos conocerte, mas nos ardió el corazón.
-Quédate, que ya es muy tarde- y aceptaste con amor.
Y Tú nos partiste el pan no te vimos más y allí te quedaste.
Volvimos con los demás, para celebrar que resucitaste (2)
Caminando nuestras vidas, a veces desconsolados,
la incomprensión nos aísla, pero estás a nuestro lado.
Quédate junto a nosotros, antes que la noche venga,
y regálanos tu Cuerpo, que a nuestro amor alimenta.
9– Una voz nueva
Me dijeron joven que estás solo buscando con afán,
la verdad que exige un compromiso y que te enseña a dar
toda la tibieza de tus manos a alguien más,
que se sienta solo en su camino,
y te digo que es más fácil de lo que pensás:
"Juntos compartir la realidad".
Es necesario juntar nuestras manos,
es necesario aprender nos, a amar,
es necesario mirar al hermano y algo más: comenzar a trabajar.
Y una voz nueva nacerá, los corazones se abrirán
y el continente de la pena, reirá,
esta condena acabará, el hombre a Dios alabará,
sólo hay que empezar a amar.
La respuesta es Jesús que no se quedó clavado en la cruz.
No, pues resucitó y nos envió su Espíritu de amor
para descubrirlo en quién precisa de verdad,
en el pobre y el necesitado,
y no se conforma con que ocupe un banco más:
precisa mis manos para amar.
01. Camino a Belén
02. El sembrador
03. ¿Quién es ese?
04. Déjame nacer de nuevo
05. Fue en un Domingo de Ramos
06. Caminando por un sueño
07. Resucitó
08. Por el camino a Emaús
09. Una voz nueva